Alguien saco una violineta que llevaba oculta entre sus ropas y comenzó a tocar un son. El son del tigre que lucha con la culebra; el son de la derrota de los hombres que se convirtieron en monos; el son de los sabios que contemplaban el cielo y sabían el numero de los astros. Y la música hizo que el pensamiento de la muerte fuera menos amargo.
Oficio de tinieblas/Rosario Castellanos
Oficio de tinieblas/Rosario Castellanos
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