Los techos altos, recién reparados, con un cielo de fibrazel se quieren caer. Un gato persigue ratas entre el cielo y las tejas, agitando la suciedad acumulada de hace años (excremento hecho polvo, diminutos fósiles víctimas de arañas, huevecillos secos de cucarachas). El huracán de septiembre trae lluvias, penetran la casa, el agua enlodada desciende sobre las grumosas paredes, los vientos golpean las puertas y los rayos apagan las luces. Dentro de las paredes y maderas que sostienen las tejas de asbesto y barro una colonia de gusanos anidan hasta llegar las lluvias y brotar con sus alas negras transparentes hacia la luz. Claudia mecía a su hijita de apenas 4 meses en sus brazos rollizos y acanalados, su hijita que aun no tenia nombre lloraba tormentosamente a pesar de la calidez de Claudia. Mateo trataba de descansar, pero los gritos de la niña se lo impedían, con sus ojos semiabiertos, boca abajo sobre la cama lamentaba tener que vivir con su hermana. Habían veladoras por toda la casa esa noche, cuando las luces se fundieron. La niña dormida de cansada por tanto gritar es observada con ternura por Claudia que agitaba sus brazos para que los gusanos con alas no se acercaran a la niña pero, en realidad la tenue luz de la vela atraía cientos de polillas aladas. Bocanadas de viento apagaron las velas, Mateo salto de su cama pues temía a la oscuridad, salió rumbo al patio para que la luz de la noche lo tocara, sin embargo las nubes rojas y moradas cubrían la tridimensional luna como si fueran párpados. La lluvia torrencial caía sin benevolencia, los rayos despertaron a la niña, Claudia desesperada buscaba cerillos a través de la oscuridad para encender mas velas, Mateo empapado iba a donde estaba Claudia y su sobrina, guiado por la voz de Claudia que lo llamaba. Juntos en la oscuridad decían una oración pues la lluvia continuaba y se escuchaban los aullidos de las ambulancias combinados con los inesperados truenos. Las paredes humedecidas por completo se colapsaron. Una teja de barro aplasto el cráneo de la niña mientras Claudia la tenia en sus brazos, una tumba de madera, lodo, asbesto y barro sepultaba a Claudia, Mateo y a la niña, sin embargo Mateo continuo con vida pero, la oscuridad le impidió ver como su hermana moría a lado de el ahogada en el lodo. Habían ratas que cayeron del tejado y quedaron atrapadas junto a el, uno de estos roedores se le acerco, se metió entre su short y mordió sus genitales, el grito de Mateo se perdió entre la lluvia y el viento. Transcurrió la noche y Mateo se desangro entre las ratas que lo observaban. |
Thursday, December 08, 2005
Ultima noche en la casa vieja
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