Monday, June 06, 2005
Redecorando interiores
La televisión esta prendida, demostrando algún canal abierto, colores por todas partes. Las dos mujeres están sentadas frente a el cada una en su propio sillón en diferente postura. La mujer mayor parpadea lentamente, como si el cansancio la hubiera derrotado ya hace años, parece que quiere soñar con un mundo mejor, su paraíso. La razón no importa, pero es que ella tiene un dolor que ahora le impide correr tras los camiones, para ir a hacer sus compras, ya no puede leer, porque casi no ve, quiere abrazar sus nietos y el dolor en la espalda, en los brazos se lo impiden, la muerte la espera estática en algún punto cual una fotografía en blanco y negro de su juventud.La joven a veces voltea a la ventana que da a la calle quizá un día pase frente a su casa lo que ha estado buscando, debe de pensar. Su cabello largo, grueso, rizado, parece energía solar, su color es rojo, sus ojos son como de gato, pero de su boca salen estupideces producidas en su cabeza que bien podría ser un canal más de televisión. Se la pasa comiendo todo el día, su masa corporal estruja su voluntad, aquella que perdió el día que le rompieron el corazón. Voltea a ver a su madre y entristece porque se da cuenta que tampoco puede hacer algo por ella. También hay una foto de la mujer joven en la sala, de cuando era niña y sonreía. Es esa la forma de su muerte. Hay un hombre que todo lo observa y encuentra que no hay foto suya junto a la de ellas, pero sabe que se hizo de una en el pasado, la busca desatando la furia, no hay nada. Porque se la dio a alguien como si obsequiara su alma. De nuevo olvida si vive o muere.
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