Iniciol del verano

En tu voz “te amo" suena a la lluvia que golpeaba mi cuerpo cuando corría tras mi pelota roja para meter gol. Por fin soy bueno en algo. Para amarte.

Alumbra monstruos

Alumbra monstruos
Me gustaba sentir la forma de las frutas y detenerme a ver los colores de las plantas. Cada vez que cambiaba de hogar buscaba que este nuevo lugar tuviera un espacio para poder tener plantas. No había orgullo mayor que los demás envidiaran mi jardín. Para esto tenia que levantarme temprano para atenderlo antes de que las actividades diarias del día me impidieran hacerlo. No era, ni soy una gran conocedora del cuidado de plantas así que creía que con quererlas y regarlas era suficiente. Una vez enloquecí al ver mi jardín robado. Ninguna planta tenia hojas, ni flores, algo se los había llevado. Creí que era la noche quien por tenerme envidia las lastimo y a mi me dejo sumamente sola. Quise improvisar y corrí a comprar arreglos de flores artificiales para que nadie se diera cuenta de mi desgracia, pero no funciono. Cuando termine de colocarlas en el Jardín y las vi, comencé a llorar. La puerta hacia ruidos parecía que los truenos se formaran entre los filamentos del metal de esta, criaturas grotescas salían de los cuartos de mis hijos corriendo por todas partes chillando en un lenguaje que desconocía y yo me mantenía oculta entre los residuos de mi jardín y las plantas de plástico. Después de que nadie estaba cerca saque todo la tierra para abono que tenía en un costal y me lo eche encima de esa forma seria más difícil que me encontraran. Que equivocada estaba, de esa manera les demostré donde me ocultaba. La tierra formo un camino hacia mí y el costal indicaba con claridad que había hecho. Al menos los truenos de la puerta que tanto miedo causaban no se oían mas, le dije a la primera monstruosidad que me tomo del brazo. Le repetía una y otra vez tal hecho, pero la criatura no me creyó, decía que solo era el timbre lo que escuche y unas personas buenas eran las que lo tocaron. Esas mismas personas buenas estaban ahí por mí. Abracé a la criatura a pesar del asco que me daba su piel de costras, mientras aquellas personas que comenzaron a transformarse en demonios transparentes me halaban. Utilicé toda mi fuerza pero estoy vieja que podía hacer contra tales bestias, así que tuve que implorar a todos las cosas con caras arrepentidas que me veían como su madre reconocía ser una anciana podrida no una loca, pero nadie me escucho. Entonces una lagrima que se escurría en mi fue la decisión para renunciar a querer estar con ellos y me deje arrastras a los infiernos donde seguramente los vería porque tal enfermedad se hereda.

Circulo concéntrico

Personaje llego a casa y escucho las voces de la contestadora. Uno de sus amigos había muerto. Se sirvió un café, levanto los ceniceros, lloro (aunque no quería hacerlo). Fue al baño a tomarse una ducha y a continuar llorando, mientras lavaba su cuerpo noto como la espuma del jabón se desvanecía, quiso ser espuma y también se desvaneció, pero durante un momento tan solo 3 segundos. Le dio miedo la sensación de sentirse una sola molécula capaz de convertirse en algo bello pero inconciente. Eran las 7 de la noche cuando llego a la funeraria (no hace falta decir que llego vestido de negro), salio de ahí temprano al otro día.
Soy un ejercicio de la irrealidad, pensaba el personaje, mientras daba pasos cortos porque le dolían los pies. Todavía era de mañana aunque apenas se podía apreciar el cielo azul, de tantas nubes opacas que lo llenaban. Se recordaba que no llevaba nada en sus manos cuando las veía, mas que las líneas que para el representaban una vida o quizás muchas otras, pero que no conocía en detalle. Continuo caminando hasta encontrar una grieta, que era una regla gramatical, un abismo, la implosión misma de una estrella consumiendo el universo, el borde hacia al nada, talvez la muerte, un punto final.

Llovizna zumo de mandarina

Mientras la besaba un charco se formaba por las insostenibles aguas que brotaban de ellas. Quienes manipuladas por fuerzas que desconocían permitían entre unas y otras desfigurar sus formas irritándose. De rojas a moradas hasta colores desvanecientes siempre rumbo al sur. Me detenía para observarme y perderme en ti, entonces tomabas mi rostro para poder reconocerme. Entre constante sonido suicida de llovizna me besabas. Han pasado estaciones en mi como estrellas que gotas se impactan primeras de recuerdos sin ti. Aquí vienen otra vez viciadas de tanto verano maldecido por uno con manos torpes. Son las mismas tristezas las que se dejan caer no la misma luz fría que se forma en forma tangerina.

Motion control

Pensaba que las nubes se reunían sobre nosotros. Toda aquella mezcla de sustancias se había magnificado cubriendo todo nuestro cielo. Ya no sabíamos que tipo de nube era, lo único claro era su color rojizo. Como la parte de un cuerpo que siendo lastimada se le aplica un torniquete y la sangre acumulada en un punto quisiera estallar.Al volver mi vista a su nivel habitual, el enemigo ya estaba enfrente. No tenia porque correr hacia la muerte esta vez, sabia que esa noche llegaría. Bajo esa verdad combatía sin temor. Muchos cayeron por mí y cada vez que veía a sus ojos su rostro era lo último que quedaba. Impactado por la cara de la muerte empecé a retroceder junto con todos los demás. Escuchaba la agonía de mis compañeros pidiendo ayuda, pero nunca me detuve hasta caer en una trampa, después creí que en realidad estaba cayendo por una cueva subterránea. No quería ver a la muerte, enfrentarla, así que cerré los ojos, sin embargo seguía cayendo y no me detenía, comencé a contar, pero tampoco llegaba a su fin mi descenso. Decidido a que algo era diferente volví a ver y ahí estaba ella como si solo hubiese esperado para verme. Mi cuerpo debió haberse destrozado con las rocas que vi.

Las muertes de Javier

Aun hay esperanzas para este cuerpo. No toda la sangre huye por el orificio del tamaño de una semilla de girasol. Que me hice con mi calibre 22.
Ruedo hacia el abismo del sueño entre sabanas. Apenas abro los ojos y aun estoy al borde de la cama.
Un árabe discípulo de Jesucristo me sujeta poniendo mi cara sobre la tierra, de una hielera saca una jeringa, nunca había visto una aguja tan fina, la sumerge en mi sien y me digo: esto es todo. Mientras mi vista se nubla o quizá es la misma aguja atravesando mis ojos.
Estoy en lo más alto de la ciudad y recibo una bala en mi pecho. La sangre caliente es una mancha sobre mi playera, volteo a todas partes y todos corren.
Corro por miedo. Soy un niño apenas y las brujas celadoras de la primaria me siguen para hacerme sopa y por lógica comerme.
Cierro las ventanas porque no quiero que esos monjes demonios entren a la casa, pero el diablo ya esta dentro y se ríe de mi.

La leyenda de un viejo de apellido Gauchen

Lejos de la ciudad esta la casa del viejo. Es el hombre mas viejo de aquel lugar y algunos dicen que no por eso el mas sabio. Si tomas el camino sin retorno (así se llama) al final de el encontraras la casa de tal anciano. A veces el sonido del jazz que escucha inunda todo el lugar, muchos artistas llegan a tomar fotos, pintar, escribir acerca del lugar y etcétera. Puede decirse que ese dañado ser es la mayor atracción de la ciudad aunque viva en las afueras de esta. Otras historias mas interesantes para niños y adolescentes mencionan que es un vampiro, pero que es tan viejo que se alimenta de sangre de alimañas y como ya se le cayeron los colmillos usa sus largas uñas para rasgar la garganta y así lamer lo que puede, porque con seguridad mucha de la sangre se le debe de escurrir por los labios hasta manchar su ya gastado traje de vampiro. También se dice que es un fantasma y que habitaba en esa vieja casa o que el mismo viejo murió debido a los sustos de tal espectro. Una teoría bastante ridícula pues se ha visto la figura del viejo asomándose en las ventanas y tampoco se cree que el fantasma guste del jazz aunque a veces esa música suene a platos que se caen y sillas arrastrándose. Cuando algún turista me pregunta acerca de la familia del viejo les contesto con una sonrisa, porque dice mi abuela que en eso nos parecíamos.

Día cien

Las entradas para ver a la Luna caer un centímetro todas las noches son gratis.
Se regalan boletos de ida a Marte sin retorno.

Redecorando interiores

La televisión esta prendida, demostrando algún canal abierto, colores por todas partes. Las dos mujeres están sentadas frente a el cada una en su propio sillón en diferente postura. La mujer mayor parpadea lentamente, como si el cansancio la hubiera derrotado ya hace años, parece que quiere soñar con un mundo mejor, su paraíso. La razón no importa, pero es que ella tiene un dolor que ahora le impide correr tras los camiones, para ir a hacer sus compras, ya no puede leer, porque casi no ve, quiere abrazar sus nietos y el dolor en la espalda, en los brazos se lo impiden, la muerte la espera estática en algún punto cual una fotografía en blanco y negro de su juventud.La joven a veces voltea a la ventana que da a la calle quizá un día pase frente a su casa lo que ha estado buscando, debe de pensar. Su cabello largo, grueso, rizado, parece energía solar, su color es rojo, sus ojos son como de gato, pero de su boca salen estupideces producidas en su cabeza que bien podría ser un canal más de televisión. Se la pasa comiendo todo el día, su masa corporal estruja su voluntad, aquella que perdió el día que le rompieron el corazón. Voltea a ver a su madre y entristece porque se da cuenta que tampoco puede hacer algo por ella. También hay una foto de la mujer joven en la sala, de cuando era niña y sonreía. Es esa la forma de su muerte. Hay un hombre que todo lo observa y encuentra que no hay foto suya junto a la de ellas, pero sabe que se hizo de una en el pasado, la busca desatando la furia, no hay nada. Porque se la dio a alguien como si obsequiara su alma. De nuevo olvida si vive o muere.

( )

(A veces entristezco de olvidar porque)

Feral

El tórax se había descongelado. El sol de las 12 p.m. El recipiente se lleno de sangre caliente. Un corazón opaco flotaba. El olor me contagio de asco. Puros retazos de piel, huesos, carne pálida entre las costillas. Todo dentro de una bolsa transparente. Sujete las costillas con ambas manos. Utilizo la bolsa que las cubría, como guantes. Quise separarlas. Las costillas laceraron la bolsa. El olor se volvió parte de mí. La sangre se desato en mis manos. El corazón volteo a ver que pasaba y continúo navegando.

Eslabón

Podría ser otro día, podría morir hoy.
El no lo sabe.
Agitaba un brazo en alto para poder rasgar el cielo.
Temía al correr del agua.
En su espíritu te creía su igual, tan sorpréndete como el.
Todo su universo es solo aquí.
Ve a los ojos y es incapaz de poder decir.
Su voz se convierte en un grito, un lamento que inhala sabiduría.
Tú eres la bestia hoy.

Marlboro rojo

Todo se mueve a velocidades imposibles de ver. Ejemplo: los niños al jugar en algún parque en ese juego del que desconozco su nombre, pero que tratare de describir. Es una cúpula en el mejor de los casos, a veces es solo una plataforma con mangos de donde sujetarse en forma discoidal. El padre del niño debe estar muy aburrido para permitir que los infantes se suban a tal estructura (es la única forma de fumar lejos de los demás adultos) porque es de alto riesgo, además alguien tiene que hacerlo girar, aunque a veces algunos están equipados para hacerlos girar sin necesidad de un tercero.
Mama fuma un cigarrillo, mientras corro detrás de mi hermana, ella es los blancos, yo los negros, las posiciones a nadie importan, es suficiente con saber distinguir los colores, ataca a mi reina con sus trenzas, paralizo a su caballo con el golpe de mariposa que aprendí en un libro de defensa personal, sujeto del cuello a su peón, lanza por cielos a mi torre, hasta que mama se acaba el tabaco y nos avisa que los carritos electricos ya se desocuparon.

Oculta al teléfono

Tenia una bola de cristal que le dictaba que haría y como seria. La consultaba dos veces al día, cuando el alma se apretaba tanto que amarraba los músculos y la resistencia a ello lo hacia temblar. Su hogar era un desorden, habían mesas y sillas de mas, cerros de telaraña, una mascara de cartón y por supuesto una mujer que se escondía. Los fines de semana eran adecuados para limpiar y volver a preguntar a la bola de cristal (si también esos días trabajaba el azar para el). Lo mejor fue que después de cinco días ya no se respiraba aquel olor a polvo y humedad acostumbrado, aunque a la mujer no la encontraba todavía. Llego el domingo y paso como siempre entre distintas posiciones de su sombra, alguna lectura del pasado y música que causaba adicciones. Era olvidada la medianoche, cuando el teléfono asalto mi sueño, era la mujer que había perdido, se escondió ahí por 3 meses, 3 días después, se volvió a perder.

Circulo concéntrico

Personaje llego a casa y escucho las voces de la contestadora. Uno de sus amigos había muerto. Se sirvió un café, levanto los ceniceros, lloro (aunque no quería hacerlo). Fue al baño a tomarse una ducha y a continuar llorando, mientras lavaba su cuerpo noto como la espuma del jabón se desvanecía, quiso ser espuma y también se desvaneció, pero durante un momento (tan solo 3 segundos), le dio miedo la sensación de sentirse una sola molécula capaz de convertirse en algo bello pero inconciente. Eran las 7 de la noche cuando llego a la funeraria (no hace falta decir que llego vestido de negro), salio de ahí temprano al otro día. Soy un ejercicio de la irrealidad, pensaba el personaje, mientras daba pasos cortos porque le dolían los pies. Todavía era de mañana aunque apenas se podía apreciar el cielo azul, de tantas nubes opacas que lo llenaban. Se recordaba que no llevaba nada en sus manos cuando las veía, mas que las líneas que para el representaban una vida o quizás muchas otras, pero que no conocía en detalle. Continuo caminando hasta encontrar una grieta, que era una regla gramatical, un abismo, la implosión misma de una estrella consumiendo el universo, el borde hacia la nada, talvez la muerte, un punto final.