Saturday, December 31, 2005

Shortcuts

Llevamos dos semanas tratando de ecualizar el sonido perfecto. Las bocinas polkaudio con su forma tubular de distintos tonos grises y sin woofer son un problema que solamente alguien enfermo de agudez, sin una maldita idea, pegado al monitor, observando sin escribir nada, podría encontrar como manera de pasar el tiempo tratar de mejorar el sonido, utilizando todas las herramientas de volumen que pueda encontrar en la computadora.
Mientras tanto la civilización actual celebrara en cuestión de horas el final de otro año. Para entonces ya habremos fumado quien sabe cuanto tabaco en espacios saturados de nosotros; el alcohol se bombeara junto con nuestra sangre y nuestros estómagos serán dos cm. mas amplios. Y las calles, las banquetas, los comercios, el dinero, las personas se adornaran por 31 días. Solo el cielo en realidad cambiara entre sus distancias. Constelaciones se acercaran y desde cualquier lugar diferentes formas tendrán casi a la altura de nuestros techos planetas de distintos colores y soles con otras edades disueltos en su cielo.
Por fin pude restablecer el sonido, es el tiempo real (30/12/05/17:58) y la pagina esta acompañada.
Salí fuera del cuarto solo para cerciorarme si todo sigue como lo recuerdo. Ahora me doy cuenta que la variación del sonido se debe al vació del cuarto junto a este. No es que consiguiera reagrupar de manera adecuada el sonido, solamente me acostumbre de nuevo a los ecos.

Tuesday, December 27, 2005

300

Es como ayer. Busco otras formas de decirte te amo.
Recuerda que te pertenezco.

Saturday, December 24, 2005

Inéditos


DEMadrugada
Había muerto. Ya no me pertenecía. Abrí los ojos para concluir mi vida hoy. Fue demasiado tarde, quise retroceder el tiempo con mis manos, ni siquiera pensé en ir hacia ti, sabia que era imposible. Tome el teléfono, pero conocía las respuestas. Tú dormías y ya no podía cuidarte de tus pesadillas. Saque mis manos a la noche otorgándoselas, solo así no volvería a llamar, escribir, hacerte daño.
PRIMER ACTO
El desproporcionado y maldecido para la vida sube por las escaleras con una rapidez más allá de sus condiciones.Ella de rodillas lo espera con cuchillos recién afilados.Al llegar la ve señalar con sus ojos al cuchillo que sobre el piso frente a el parece crecer.Ella sujeta el arma con ambas manos, respira y sumerge el metal donde debe estar el corazón. El no quiere verla morir sola, toma la hoja clavada en el cuerpo y se rebana la garganta.
El RETORNO
No buscaba nada. Salí desesperado. Nuestro año agonizaba y el final de esta tierra es selva.Con tres ideas sujetas a la ventana observo el espacio, tiempo y soledad. Encuentro soluciones para sentirme feliz por irme pero, se que pensar mientras estoy cómodo es mi mayor placer. A donde llegue hay frió, una visión por querer extender la vida del mundo, egos y un amigo que ya no parece serlo. Caminamos juntos una semana. Vi cosas que no pensé antes. Enrarecí al frió. Vomite los grandes placeres que me dieron. Al fin podía decir que me iría, es que tal lugar me provocaba matar a todos, convertirlo en una ciudad fantasma y consumar su arte a otro nivel. Sabia que un día no era suficiente y es mas hermoso matarse por si mismo así que solo tome el autobús. Pretendí hallar paz en mi ciudad. Esa noche después de 12 horas con la misma posición buscándote en un camino desconocido donde no te encontraría camine a orilla de acera con mis recuerdos de alimento y el rigor de mi sonrisa.

Tuesday, December 20, 2005

Landscape


El mar me devuelve a ratos a la tierra. Se ha convertido en una marea baja, me hace llorar, busco que regrese, cuando mas oscuro, lejano e ilimitado es. Espero por meses su regreso sentado en la arena, el sol ampolla mi piel, la seca, hasta que llega y no vuelve por mí. Hay miles como yo en la orilla, que podía hacerme pensar que me llevaría otra vez solo a mí.
Cuando anochece el fuego, las sales, la arena se funden en bailes rituales, mientras mis ojos arden, mi estomago crece, no quiero rituales, ni mas comida. Me dirijo a la orilla a la marea alta que alcanza a apagar unas fogatas, que detiene rituales, llego a ella con los pies hundidos sobre arenas movedizas, vomito sin pecados, ahí se van los pecados. Gritos, pienso que alguien me vio y ahora vendrán a golpearme por lo que hecho o a darme un sermón pero, no hay nadie alrededor, nada mas unas manos se agitan lejanas, alguien se ahoga, no pienso voy por ella o el.
El mar te da todo, hasta una muerte compartida.

La mujer despierta


Siempre sonreía, aunque fuese una mala mañana, abría sus ojos y sonreía. Verla como se estiraba aun acostada, me remontaba a placeres que nunca podría experimentar alguien como yo. Las sabanas que se arrugaban se quedaban así, entonces se quedaba sentada, parecía que hacia algo con sus ojos, quizás un guiño, también sus labios eran parte de aquel ritual que se apoderaba de mi, ellos eran mordidos, dejando un capa de humedad que los convertía en el objeto sexual mas poderoso que tenia.
Se ponía de pie y en dirección al oeste arqueaba todo su cuerpo. Era el momento de Bach. Corrí hacia mi pequeña radio, sintonice la estación de los clásicos, aun tenia los binoculares puestos, las ventanas abiertas, como si ella misma esculpiera mi cuerpo terrenal, el sonido de la melodía subía acariciando todo mi cuerpo, no quería que aquel momento de amor se terminara entre Bach, aquella mujer y yo. Observe mas tarde y ella había partido, sus ventanas estaban cerradas, las cortinas habían caído. Debe estar tomando el desayuno a estas horas en algún lugar a lado de alguien a quien ame, pensaba, yo haré lo mismo me dije. Tome el brazo aun dormido de la niñita del mercado, lo sostuve contra la mesa y con mi hacha nueva se lo corte. El cuarto es otra vez un desastre, la sangre corría por todas partes, la niñita despertó del dolor pero, la impresión la mato. Sentado por horas me arrepentía por no haber traído a su mama en lugar de la niña.
El sol en poniente revisaba toda mi habitación y me reía, aquí no hay plantas, ni nada en lo que puedas ayudar, le decía, siempre discutíamos con el, entre mas le gritaba mas estúpido se ponía, se creía el infierno, que podía hacerme arder, cuando apenas me hacia sudar y también anuncia el regreso a su hogar de mi amor. Comenzaba a verla de 5 a 9, hacia ejercicio, escuchaba música y bailaba, en donde trabajaba o que hacia que aun le quedaban fuerzas para hacer tantas cosas.
Mis amigos del culto llegaron esa noche, tomamos ajenjo y nuestros corazones crecieron tanto que si los pudiéramos ver serian como muchas lunas completamente llenas pero, al sentirlas aullamos a pesar de que esa noche no estaba destinada, nos transformamos, saliendo por las ventanas hasta llegar al techo, saltando de casa en casa, edificio por edificio, cuando no hay luna no cazamos por comida.
Amaneció, todos estaban desnudos sobre el piso de mi departamento, me puse de pie y vi que ya era tarde, corrí hacia la radio, la prendí, abrí las ventanas, use mis binoculares, observe su ritual, algún día le diré la verdad me dije.

El hombre árbol


Caminaba entre ellos hasta que se dieron cuenta de mí, con cuidado me tomaron para ser juzgado, me creía inocente así que a pesar de su manera tan cortes de hablarme me resistí.
Escapar a través de su reino es imposible, corres y corres y siempre te topas con ellos, de alguna manera siempre están cerca gigantescos o pequeños su forma es superior a la tuya a la mía.
Vi caer a uno cerca de mi, me acerque y lo revise, no parecía enfermo solo estaba cansado, yo no supuse eso alguien mas me lo dijo, quise creer y le ayude a levantarse con mis manos, brazos, piernas, torso, ahí deposite mi fuerza, sin embargo no podía sostenerlo.
Al llegar la noche ambos estábamos más cansados, tuve que olvidarme y dejarlo.
De noche utilicé uno grande y grueso para servirme de posada, le acomode hojas para que fuese más cómodo. Soñar dentro de el me dio sabiduría, paz, eternidad en un sueño donde era una gota de agua, un haz de luz, tierra, fruto, raíz.
Pensé que ya estaba perdonado, cuando a pesar de mis esfuerzos por poder dar un paso fueron inútiles. Años pasaron y nunca me movía a menos que el viento y la lluvia lo hicieran por mí. Llegaron algunos como los que fui, me lastimaron, me torturaron transformándome en algo que no quería ser y por fin me di cuenta de mi pena.

El niño


Huyo de casa, sin llevar más que su pijama y sus tenis. Había olvidado sus regalos, los besos de su madre, los abrazos de su padre y las risas de sus hermanos.
Camino sin ser notado, a veces tosía y lloraba, ya no quería sentir.
Las calles de la ciudad le ayudaron a esconderse. Pasajes secretos, como en cuentos de castillos, callejones vacíos eran su refugio de la pena que lo hacia llorar. Sin saber a donde iba, observo a unas hormigas cargar un pedazo de hoja ascendiendo por una pared, cuando se canso de ver las impacto con su puño. Algunas quedaron sobre su piel, aplastadas, otras en la pared parecían desdibujarse, el trozo de hoja cayó.
En un aparador la figura de plástico parecía tocar un piano, estar de pie, mirar, ser una niña. El la veía decirle cosas, indicarle el camino. Todo era mentira, lo sabia, continuo hasta llegar a algún lugar vació. Dormía tirado en el monte, arrancaba las ramas que tenían plagas de algunos arbustos, tragaba insectos, su pijama comenzaba a desgarrarse, sus padres perdían más la esperanza de volver a verlo, los atardeceres eran más bellos.
Recordaba los años, con las mismas imágenes, la escuela nunca cambiaba, ¿porque sus hermanos pasaban de una escuela a otra?, el maldito nombre en diminutivo, siempre lo llamaban y al final “ito”.
Un día llego un perro, era viejo, con la lengua de fuera, sus ojos además lo observaban con ira, el niño lo vio pasar a su lado ni siquiera pudo moverse, el perro le mostró sus dientes, giro su cabeza señalando aquel borde, una y otra vez hasta llegar aquel atardecer.
Con los ojos saltones, los labios gruesos, la boca abierta, la cara alargada, sus dedos gordos, se levanto y vio hacia al final. El perro camino y el niño lo siguió. Antes de llegar el perro se detuvo, el niño lo vio, se puso de pie pero, el perro ladro, el niño continúo, levanto sus brazos extendiéndolos como si fuese a volar, dio dos pasos más y cayo.

Sunday, December 11, 2005

Suicida por nada

He perdido la brújula, tengo problemas con soluciones que me provocan temblar además la temperatura desciende y mi cuerpo agujerado sirve de conductor. Todos los días tiemblo. Mi corazón, mi alma, mi mente, mis dedos e incluso mi mascota lo hace.
Ojala la vida no se me hiciera tan rara, estoy seguro que de esa forma no me ahogaría tan fácil en lo que los demás llaman vaso con agua.
Parece que tengo todo y nada. Me busco respuestas y hay solo silencio traspapelado de tanto por decir. Mañana tendré examen otra vez. No se nada y no quiero saber. Se que mi madre me llamara pronto un fracasado entonces podré tragarme de un solo puño y quedarme en otro lugar donde nada tenga que ver con esto que parece significar la vida.
En 25 años he aprendido que estoy solo, que soy un inutil, que no tengo ni corazon, ni cerebro, que no existe el alma, que mi voluntad dura poco, no debi nacer ¿para que un organismo tan jodido?. Ojala nunca vuelva a reencarnar.

Cobardía


Era una niña de solo 11 años, sus ojos claros demostraban su inocencia, el cabello oscuro, largo, lacio, se agitaba con el viento, a cada uno que escuchaba su risa le provocaba algo diferente, todos podían verla correr, todos la deseaban.
Gabriel era un comerciante que siempre se detenía en aquel lugar para beber y comer, después se quedaba en la calle a esperar para verla pasar, había decidido llevarla con el ese día, espero hasta que el viento dejo de agitarse y las calles y los hombres dormían.
Los animales auguraban el futuro, un perro lleno de sarna se acerco, Gabriel quiso correrlo pero, este lo vio directamente a los ojos y se dio cuenta de que le decía algo, el perro comenzó a caminar, Gabriel lo siguió y llegaron a donde estaba ella, apenas la vio casi muere, su cuerpo roto, sus ojos opacos, el cabello tieso, su risa había sido mordida, lacerada, sus lamentos eran la constante de la venganza. Gabriel uso aquella sustancia que un brujo de su pueblo le regalo para ver la verdad, como pudo salió de ahí sin ella, camino, toda la realidad era desfigurada se golpeaba por todas partes, las personas se reían, se desfiguraban mas, continuo por días, hubo alguien que lo quiso ayudar pero, Gabriel no lo permitió, apenas dormía, no probo bocado en mucho tiempo, la gente se transformaba mas.
Llego a un rancho donde vio a un hombre claramente sin dolor en los ojos, ni deformaciones, era el lo sabia pues todo lo demás que veía era bizarro, nunca vio su rostro, no le grito lo que había hecho, no vio sus ojos, no sabia quien era. Tomo una piedra cerca de un rió la mas erosionada por el agua con puntas y un caracol pegado a esta. Espero que llegara la tarde escondido detrás de un árbol, aquel hombre seguía ahí observando hacia el este, se acerco con cuidado, llego hasta el y lo golpeo por la espalda con aquella roca, primero en la cabeza, aquel hombre grito, cayo de rodillas, Gabriel continuo azotando la piedra contra el cráneo del hombre hasta no escuchar un solo ahíto de vida, hasta ver salir la masa gris de aquella cabeza enferma que un día destruyo todo lo que Gabriel había querido.

El niño


Huyo de casa, sin llevar más que su pijama y sus tenis. Había olvidado sus regalos, los besos de su madre, los abrazos de su padre y las risas de sus hermanos.
Camino sin ser notado, a veces tosía y lloraba, ya no quería sentir. Las calles de la ciudad le ayudaron a esconderse. Pasajes secretos, como en cuentos de castillos, callejones vacíos eran su refugio de la pena que lo hacia llorar. Sin saber a donde iba, observo a unas hormigas cargar un pedazo de hoja ascendiendo por una pared, cuando se canso de ver las impacto con su puño. Algunas quedaron sobre su piel, aplastadas, otras en la pared parecían desdibujarse, el trozo de hoja cayó.
En un aparador la figura de plástico parecía tocar un piano, estar de pie, mirar, ser una niña. El la veía decirle cosas, indicarle el camino. Todo era mentira, lo sabia, continuo hasta llegar a algún lugar vació. Dormía tirado en el monte, arrancaba las ramas que tenían plagas de algunos arbustos, tragaba insectos, su pijama comenzaba a desgarrarse, sus padres perdían más la esperanza de volver a verlo, los atardeceres eran más bellos.Recordaba los años, con las mismas imágenes, la escuela nunca cambiaba, ¿porque sus hermanos pasaban de una escuela a otra?, el maldito nombre en diminutivo, siempre lo llamaban y al final “ito”.
Un día llego un perro, era viejo, con la lengua de fuera, sus ojos además lo observaban con ira, el niño lo vio pasar a su lado ni siquiera pudo moverse, el perro le mostró sus dientes, giro su cabeza señalando aquel borde, una y otra vez hasta llegar aquel atardecer.
Con los ojos saltones, los labios gruesos, la boca abierta, la cara alargada, sus dedos gordos, se levanto y vio hacia al final. El perro camino y el niño lo siguió. Antes de llegar el perro se detuvo, el niño lo vio, se puso de pie pero, el perro ladro, el niño continúo, levanto sus brazos extendiéndolos como si fuese a volar, dio dos pasos más y cayo.

La niebla amarilla


Sobre la ciudad comenzó a levantarse la niebla amarilla, tan espesa que apenas podía notarse la ciudad, solo los grandes edificios en sus últimos pisos surgían de la niebla, parecían personas salir del agua para tomar aire. Las luces se prendían día y noche, aunque tampoco se notaban. Podían las plagas de animales salidos de los drenajes, ir de un lado a otro por la ciudad en grupos de cientos sin ser notados, podría decirse que toda estructura dentro de la ciudad cubierta por la niebla era ahora de color amarillo, como si oxidara las cosas, como sarro que cubría todas las cosas, era tal su textura, que solo a la vista, podía sentirse un escalofrió al ver aquella sustancia amarillenta casi ligosa y dura sobre las cosas.
Las ventanas, los espejos tenían reacciones diferentes a tal suceso. La niebla al tocar algo hecho de este elemento podía atravesarlo y en el momento de su paso, este se deformaba como plástico bajo el efecto del calor. Solo con ellos la niebla parecía purificarse, efecto que solo se notaba dentro de los lugares cerrados.
Tampoco había agua, la ciudad esta por completo seca, sin embargo las plantas todavía vivían, talvez estas habían encontrado la manera de tomar el liquido de la niebla, pero después también las cambio, ya no necesitaban de energía solar se habían adaptado a vivir sin ella y esta tampoco podía penetrar en la niebla, dejaron de dar frutos y sus colores se perdieron.
Todos los cuerpos de los habitantes de aquella ciudad estaban tirados en las calles, las banquetas, los parques, en todo lugar que no estuviera cerrado, de ellos salía la niebla, la muerte los había abrazado, los llamo, los cito para luego tomarlos. Al morir la niebla salió de ellos, cubriendo toda la ciudad. No se si al enterrar los cuerpos la niebla no hubiese emergido pero, quien haría tal trabajo y además para que. Si la niebla reclamo a aquellas personas y a la ciudad, que sentido tendría limpiar todo, recuperar la ciudad, una que no podía ser llamada viva sepultada bajo tanto concreto desde el primer día en que aquellos hombres la edificaron.

Saturday, December 10, 2005

Pollito card

Estimado Chincho:
Me encontré con un recipiente donde habías depositado cartas y para saber a quien tenia que entregárselas, las leí a pesar de que soy mal lector.
No creí necesario decirte lo que halle en ellas pues una carta se reduce a la mínima expresión de dos (quien la escribe y para quien va dirigida), por eso me limitare a escribir porque me gusto leerlas.
Los niños son también colores, chincho es color índigo y en este devela la lógica de quien bajo un profundo sentido, se ausenta del mundo a un lugar azul donde solo tiene que pensar en el amor pero, la pureza de niño le permite hablar de ello en forma de galletas, marcito de nubes, atajadas, travesuras, otros niños, dulces y pollito.
Al leer imaginaba a chincho escribiendo hacia una dirección y observando hacia otra. Como si el recuerdo de a quien le escribe le impide sembrar la cabeza en un espacio en blanco al igual que cualquier niño que espera llegar una sorpresa en cualquier momento, de esa forma no perderse ningún detalle y contarla como lo hace chincho en cada carta. Tampoco puedo olvidar la canción de speedy, pues me hace pensar que si chincho ya esta bastante grandecito seguramente es un rockero que conduce una Harley Davison.
Los recuerdos de chincho descritos en sus cartas llenaron mi cabeza de imágenes y sabores que hace tiempo pensaba haber perdido y de otros que seguramente no son parte de mi niñez. Adquiriendo el valor original de una infancia construida desde algún lugar en el oriente de que chincho llama pulidin city. Donde con seguridad la pureza del pensamiento y del ideal permiten jugar con la cola del diablo hasta hacerse pasar por el. No es anormal que pulidin city nos suene a convivencia infantil o ciudad gótica. Todas tienen símbolos.
Pollito card es la representación de pulidin city y sin ello nos perdemos la oportunidad de probar un poema descafeinado.
Como a mi también me gusta sentirme menor y quise ser mas amigo de chincho, trate de descifrar su perfil psicológico utilizando su pollito card.
Encontré que esta hecho para niños de 8 años en adelante, que las reglas son tan sencillas que no requiere de un lugar o un atril para leerlo, que se puede convidar, que es para iluminar y recargable.

El àrbol y El reflejo

El árbol
Descendió por aquel valle una tarde, se golpeo con rocas, desprecios, un animal apestoso la mastico, la escupió, continuo rodando hasta encontrar tierra húmeda, inhalo, sintió el sol que ese día era mas erguido que nunca (solo había sombras de otras semillas y hojas de árboles viejos alrededor) a ella sola iluminaba.
Dicen que sus padres la arrojaron, otros mencionan que ni siquiera supieron de lo que habían hecho, o quizá alguien la robo para luego abandonarla.
Era un día lejano y ventoso cuando los demás árboles agitaban sus ramas, se jactaban de su belleza, de la admiración que representaban para los humanos, que seguido visitaban aquel valle, cuando el sol se levanto como hace años y ensombreció aquel valle pero, solo un árbol era el único iluminado para que todos vieran sus tumores, aquellas raíces que simulaban una boca gritando piedad, con hojas mas verdes que cualquier otro y la tierra alrededor húmeda siempre húmeda.
Nadie se acercaba a el, los niños gritaban al verlo, los hombres querían talarlo, las mujeres menstruaban, algunos animales temían, otros llegaban a morir ahí a que la tierra y las fauces del árbol los devorara.
Esta escrito que el día que aquel árbol dio frutos como nadie en mucho tiempo lo había hecho, los demás árboles lo odiaron, que un hombre creo una herramienta, quiso talar el árbol, que una mujer corría tratando de contener la hemorragia con sus manos, aquel hombre la vio, sintió, tiro la herramienta fue tras ella y la tomo varias veces hasta detener la hemorragia que había dejado un camino rojo, como el fruto del árbol, un niño recorrió aquel sendero de sangre, los vio fornicar y se hizo viejo.
Ya nadie se acercaba al hermoso valle por temor a ese árbol, ya el sol nada mas lo iluminaba, todo lo demás era gris, lleno de bestias que construían nidos con los demás árboles alrededor, el árbol daba frutos todos los días, a cada instante sin detenerse, el valle se inundo de un fruto que nunca se descomponía, luego llego hasta la morada de los hombres, los inundo, ya no había alimento, no caía nada del cielo, no brotaba el agua de las rocas, no existían opciones tenían que comer el fruto se decían entre ellos, un hombre mato a otro hombre por darle de comer a su familia con el fruto.
Primero usaron a los animales, algunos primates crearon guerras y conquistaron tierras áridas, le dieron sentido y valor a objetos inertes, otros crecieron fuera de su estado natural les salieron patas, luego alas, se fueron a comer carroña, evolucionaron.El hombre comió la fruta, sacio su sed, su hambre, no así su lujuria, hicieron danzas, construyeron templos, se mintieron entre ellos, quisieron tener mas árboles como ese pero, no pudieron.
El árbol agita sus ramas imponente, crece, tiene nuevos tumores, sus raíces gritan mas alto, el mundo sabe de el.
El reflejo
Alrededor del reflejo, Mario corría siempre con el deseo de que su imagen se perdiera. Era un corredor de 100 M. Todos los días se despertaba a la mitad de la madrugada, sin importarle el sueño, el frió, los deseos de su madre de verlo asistir a la universidad. El solo quería correr y algún día ganar.
Una madrugada salto de la cama apenas eran la 1:30 pero, el deseo de correr siempre fue mas importante que el descanso, no existe tal sino hasta la muerte se decía para justificar que poco a poco se iba destruyendo, sus ojos eran dos huecos profundos, grises, su cuerpo flaco necesitaba alimento, no solo agua, todo sus esqueleto era marcado por su piel, que apenas cumplía sus función, quizá por eso el frió era una constante en su vida.
Salió de su casa, camino un rato, la oscuridad no se iba aun, esa madrugada no estaba estrellada, ni tampoco habían nubes, postes con focos de luz amarilla, eran un paisaje constante en su trayecto hasta llegar a su destino, una polilla lo seguía esa noche, la vio varias veces sujetándose en lo alto de los postes, donde la luz nacía, con sus patas delgadas y su cuerpo alarvado.
Al llegar a aquel parque, después de caminar por ½ hora, de hacer su rutina de calentamiento, comenzaba a correr sin detenerse alrededor del reflejo, que le mostraba una mejor vida llena de triunfos, de glorias alcanzadas por el gracias al atletismo, aquello que veía lo hacia feliz, sonreía a pesar del dolor en todo su cuerpo, del hambre, de su falta de condición. Era casi el amanecer, ahora el reflejo era mas fuerte, Mario daba su penúltima vuelta, sin percatarse que aquel insecto con ojos en las alas había estado en su hombro, esperando que el reflejo le mostrara a Mario el momento de su polinización, sin embargo no fue de esa forma como el reflejo le presento a Mario ese instante cuando la picadura atravesó su piel.
El colmoyote voló y el reflejo le enseño a Mario aquello de un tamaño inimaginable, que lo abrazaba con sus alas, lo besaba hasta que su lengua depositaba billones de larvas dentro de el, para luego dejarlo, Mario comenzó a tratar de vomitar pero, no podía y al ver hacia el reflejo este era de el abriendo su propio estomago con sus manos, Mario se derrumbo viendo hacia aquella laguna hasta que su imagen se perdió.

Thursday, December 08, 2005

Capicúa

El árbol de navidad estaba apagado, las luces amarillas eran tenues, una sombra parecía descansar en una silla de esas que hay en el patio, pase cerca observando hacia dentro, una perrita me ladro, tu mama con tono de regaño la llamo por su nombre. No sabía que tenían una mascota. Seguí caminando.

Ultima noche en la casa vieja


Los techos altos, recién reparados, con un cielo de fibrazel se quieren caer. Un gato persigue ratas entre el cielo y las tejas, agitando la suciedad acumulada de hace años (excremento hecho polvo, diminutos fósiles víctimas de arañas, huevecillos secos de cucarachas).
El huracán de septiembre trae lluvias, penetran la casa, el agua enlodada desciende sobre las grumosas paredes, los vientos golpean las puertas y los rayos apagan las luces.
Dentro de las paredes y maderas que sostienen las tejas de asbesto y barro una colonia de gusanos anidan hasta llegar las lluvias y brotar con sus alas negras transparentes hacia la luz.
Claudia mecía a su hijita de apenas 4 meses en sus brazos rollizos y acanalados, su hijita que aun no tenia nombre lloraba tormentosamente a pesar de la calidez de Claudia. Mateo trataba de descansar, pero los gritos de la niña se lo impedían, con sus ojos semiabiertos, boca abajo sobre la cama lamentaba tener que vivir con su hermana.
Habían veladoras por toda la casa esa noche, cuando las luces se fundieron. La niña dormida de cansada por tanto gritar es observada con ternura por Claudia que agitaba sus brazos para que los gusanos con alas no se acercaran a la niña pero, en realidad la tenue luz de la vela atraía cientos de polillas aladas.
Bocanadas de viento apagaron las velas, Mateo salto de su cama pues temía a la oscuridad, salió rumbo al patio para que la luz de la noche lo tocara, sin embargo las nubes rojas y moradas cubrían la tridimensional luna como si fueran párpados.
La lluvia torrencial caía sin benevolencia, los rayos despertaron a la niña, Claudia desesperada buscaba cerillos a través de la oscuridad para encender mas velas, Mateo empapado iba a donde estaba Claudia y su sobrina, guiado por la voz de Claudia que lo llamaba. Juntos en la oscuridad decían una oración pues la lluvia continuaba y se escuchaban los aullidos de las ambulancias combinados con los inesperados truenos. Las paredes humedecidas por completo se colapsaron. Una teja de barro aplasto el cráneo de la niña mientras Claudia la tenia en sus brazos, una tumba de madera, lodo, asbesto y barro sepultaba a Claudia, Mateo y a la niña, sin embargo Mateo continuo con vida pero, la oscuridad le impidió ver como su hermana moría a lado de el ahogada en el lodo. Habían ratas que cayeron del tejado y quedaron atrapadas junto a el, uno de estos roedores se le acerco, se metió entre su short y mordió sus genitales, el grito de Mateo se perdió entre la lluvia y el viento. Transcurrió la noche y Mateo se desangro entre las ratas que lo observaban.

Antartida


La pura tierra blanca sobre el mar, un laboratorio nuevo para nuestros científicos. Las aguas golpean contra las rocas el cuerpo casi devorado de una foca leopardo por otros de su especie, la sangre animal absorbida por el hielo supone rubíes sin valor para algunos .
Lejos de las frías mareas un hombre que a olvidado su nombre camina descalzo con retazos de ropa, el frío le quema la piel, mas no se detiene el dolor lo mantiene vivo y también sin destino. Despertó entre la nieve y las imágenes que su mente le mostró lo hicieron correr.Se encienden las luces del laboratorio al llegar la lejana noche en la Antártida que con innumerables soles en el cielo crean figuras, que serán estudiadas.
Una cortina de colores corta el cielo, aquel hombre perdido la ve, grita, corre a pesar de sus negros dedos congelados, el miedo le da alas, cree volar pero, son ellos quienes lo toman otra vez, para continuar con su juego.
Alaridos y luego un llanto se escucha en todo ese húmedo lugar, son de aquel hombre que les pertenece.
La mitad de su cuerpo sumergido en un liquido que le impide mover sus piernas, donde ya no siente dolor. Pasa la noche y aquel hombre no sabe que harán con el, aunque desea morir, no puede, otras imágenes se lo impiden.
Las luces del laboratorio se apagan, apenas el sol ilumina la nieve, un trineo se hunde al partirse el terreno donde pasaba, el conductor no pide ayuda pues quien podría escucharlo y se resigna a morir joven en las frías aguas.
Aquel hombre es devuelto en medio del paisaje de hielo, sin quemaduras, ni pies, sin dolor, o imágenes, camina en cuatro, es rápido, su piel es lisa, grasosa y gris. Siente a la naturaleza en sus nervios y conoce el camino de esta. Llega a la costa, se sumerge en las aguas y al salir es devorado por otras focas leopardo.

Thursday, December 01, 2005

X- mas in Mars



"¡Buenos días, Marcianos! Parece que otra tormenta solar viene en camino. Una llamarada solar clase X explotó esta mañana, y los recuentos de protones ya se empinan sobre los 1000 puntos. En route hacia nosotros vienen más de estas mortíferas partículas, así es que ¡no salga de su refugio sin su traje anti-radiación!".
"¡Buenos días, Marcianos! Parece que otra tormenta solar viene en camino. Una llamarada solar clase X explotó esta mañana, y los recuentos de protones ya se empinan sobre los 1000 puntos. En route hacia nosotros vienen más de estas mortíferas partículas, así es que ¡no salga de su refugio sin su traje anti-radiación!".