Travelling Vertical

Leslie, my name is evil
Director: Reginald Harkema
Año: 2009

Como es costumbre en este blog durante este mes haremos reseñas de cine concerniente al genero de horror, terror y suspense y comenzamos con una cinta que narra la vida de dos personajes de manera alternativa. El primer personaje, el principal es Leslie una joven que viene de una familia disfuncional (a la manera de serlo de las familias norteamericanas), y el personaje secundario un joven de buena familia, religioso con un futuro prometedor. Ambas historias señalan hacia lo mismo, la manipulación y alienación de las personas que no son capaces de dirigir su vida a través de sus decisiones sino las de otros y como el titulo de una canción de Pantera son manejados por el demonio, ese ser oscuro que habita en todos nosotros y pacientemente espera el momento de despertar o actuar a través de cada uno.

El filme ambientado en los Estados Unidos durante la época de la guerra de Vietnam narra la vida de Leslie quien agobiada por el desenlace del matrimonio de sus padres, sobre todo por haber sido abandonada por su padre y haberse practicado un aborto a pesar de que ella quería tener a su hijo decide enrolarse en el movimiento hippy de la época hasta llegar a la granja dirigida por el sociopata Charles Manson quien trastorna su mente usando la manipulación y las drogas para llevarla a ella y otras mujeres a cometer asesinatos que revelen el monstruoso rostro del sistema y el gobierno estaunidense, o al menos esa es la intención. A la par en la narración se cuenta la vida de un joven norteamericano quien es parte de un mundo diferente es el ejemplo del boy scout, un ciudadano modelo y manipulado que al cruzar su historia con la de la joven comienza a dudar de lo que cree y siente ser tentado por el demonio.

Leslie, my name is evil es una película que consigue evocar la época del contexto de la historia, ya que en el aparato visual es sobresaliente y se conjuga bien con el guión, haciendo que la atmosfera donde se genera l sobrecoja la trama e impida que el filme decaiga, nos sature, se vuelva monótono o falto de esa aflicción que un buen suspense debe ejercer sobre los que son parte de la cinta y de los espectadores.