Friday, March 17, 2006

Encartonando cocodrilos


Dibujas cocodrilos por que no puedes verlos sobre el rió cruzar. Con trazos aritméticos y tinta azul. La personalidad se entrega en cada línea. Los ojos persiguen el recuerdo del reptil inmóvil y el niño salta pidiendo otro pero, ahora de verdad.
El dibujante no dice una palabra de mas, se concreta en su trabajo y al terminar entrega otro cocodrilo azul sobre el papel a veces más grande o pequeño según su estado de ánimo o lo que ve en quien ha de entregarlo.
El niño promete regresar por su cocodrilo real. Al final de su enunciado sonríe mostrando los dientes y viendo con determinación a los ojos. En tiempo real con las manos llenas de cocodrilo gira su cuerpo apuntando sus pasos cortos y rápidos hacia sus padres.
En la memoria del dibujante el cocodrilo está tan inmóvil que se ha vuelto otro ser. El último cocodrilo que dibuja hace estrujar el papel hasta atravesarlo. Quería verlo moverse o saber que es un ser vivo. Como los niños que en todas parte corren en ese lugar y que a detalle comienzan a parecerle reptiles con hocicos, colas y escamas.
La noche se va en espiral en el parque entre hojas llenas de niños y hombres reptil dibujados con lápiz de carbón. El cocodrilo duerme en su pantano artificial.
La estancia para los cocodrilos es más grande de lo que se cree. Tienen un pantano profundo sólo para ellos y un terreno donde puedan tomar el sol. Son alimentados una vez al día con carne. El hombre asignado para hacerlo les teme mas que cualquiera pero, que otra cosa puede hacer. Entra ahí por su propio pie y antes de conseguir el trabajo le hicieron firmar que si algo pasaba, el zoológico no se haría responsable. Tuvo un entrenamiento antes del inicio de su trabajo que consistió en una terapia psicológica que se llevó dos días en entrar y salir acompañado a la jaula de los cocodrilos, donde aprendió cómo tenia que hacerlo. Primero como regla siempre entrar a la jaula cuando ellos nadan en el pantano que, aunque no lo crean, hay una hora especifica donde los 3 reptiles están sumergidos; segundo, siempre dejar la comida en el mismo lugar, no muy cerca de la entrada ni tan cerca del pantano. Sus primeras veces lo llevaron a hacer todo de la forma mas rápida conocida; con el paso de los meses entendió que sus movimientos veloces provocaban ponerlos muy alertas y empezó a llevar las cosas a paso normal demostrándoles que no iba a causarles daño.
Aquella tarde cuando el último de los visitantes se había ido y las puertas del parque se cerraban, como es costumbre revisó la jaula asignada y vio como estaba llena de papeles. Maldijo al guardia que se supone debe evitar que la gente haga estupideces. Volvió por las llaves de la reja y entro a quitar todo la basura que había. Tranquilamente quitaba una a una las hojas y se detenía a veces a observar los dibujos en ellas, uno de estos de los que estaban representando hombres cocodrilo le agrado tanto que no se percato donde pisaba, resbaló y cayó en el pantano. Dos cocodrilos que flotaban en el lo destrozaron por completo. El primero lo ahogo y el segundo con la gula del olor a sangre de aquel hombre destrozo lo que el primero dejo, el tercero vio todo mientras recordaba de forma rara (como deben hacerlo los reptiles) que aquel hombre era quien los alimentaba.

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