Dicen
que la tarde del incendio, todos los habitantes de los departamentos en los
edificios viejos del sur escucharon al unísono las ratas que corrían fuera del
mercado en llamas, muchas de ellas intentaron encontrar refugio en las casas,
pero nadie las ayudo y el dolor causado por el fuego que cubría la mitad de sus
cuerpos las hizo apretar sus dientes y chillar tan fuerte que el eco de su
muerte y el olor de su pelo y piel quemada se extendió varias calles hasta
llegar al centro de la ciudad. Después llego la guerra de los hombres mascara,
reclamaban justicia por sus pueblos muertos. Ellos llevaron a los barrios del
centro a sus perros adiestrados para la violencia, al mirar en sus ojos
redondos y negros se pudo ver el odio. Comenzamos a temer del día. Llegaron las
nubes y rayos formando figuras
geométricas en el cielo ¡es el Apocalipsis, es el Armagedón! gritaban las
personas. Hay concentraciones de gente en las calles devastadas. Somos seres
sin raza, sin identidad, nuestros cuerpos caminan entre el polvo que cubre los
caminos, ni uno de nosotros podría luchar solo contra los demonios que se han
apoderado de nuestra voluntad.
Durante
la noche, constreñido por los temores que nos sofocan, camine hasta la casa de
Alejandra. El hogar de mi amiga había sido atacado, las puertas de la entrada
estaban destruidas, entre desesperado gritando su nombre, la encontré encerrada
a ella y su familia en el laboratorio, aún estaban vivos. Ale hablo, pero su
temor no me dejo entenderla, sus ideas se entrecortaban, entonces me llevo
hacia una maquina extraña que puso en marcha y me envió al pasado.
Llegue a la noche donde comenzó el horror de
nuestra época. Descubrí que Las teorías conspiratorias crecen y rápido mueren.
Solo que esta vez la maquinaria de los gobiernos había escarbado tan profundo
que tocaron otra dimensión. En 2015 nuestra realidad ya había sido saqueada y
revendida a los antiguos dueños. Sustituyeron las piedras y el mineral por
objetos tóxicos, monstruos amarillos vigilan inermes y se comen el suelo, la
mitad de la población ha perdido la conciencia y se quejan de dolor en los
huesos y calor delirante. ¿Y si vuelvo a romper la noche para viajar en el
tiempo? Regreso al presenta con Alejandra aunque nuestro tiempo este muerto.
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