Monday, September 12, 2005

Sereno

Subía aquella calle empinada desde siempre con su bicicleta al término de su jornada. La transparencia de la noche casi se convertía en madrugada, el inevitable descenso de la luna mordida hacia el este, los iracundos ladridos, el viento en su contra, la iglesia que comenzaba a notarse y las campanadas le decían a Agustín que pronto estaría en casa, que nada vería si pedaleaba mas fuerte pero, las piernas se le entumían y la única calle que le faltaba, justamente la de la iglesia se volvía eterna. Entonces aparecía ella avanzando a su costado como si lo acompañara a casa, Agustín trataba de rezar cuando la escuchaba lamentarse hasta llegar a gritos de total desesperanza. Las luces de las casa en toda esa cuadra se extinguían de forma violenta contrastando con los pocos metros que habían avanzado, estaban a la mitad de la calle y todo estaba en tinieblas.Agustín la había visto tantas veces que ni siquiera apretando los parpados entre toda aquella oscuridad podía borrar su imagen, sin embargo tampoco quería abrir los ojos porque cada vez que lo hacia sentía que la oscuridad le caía encima y que aquella mujer se acercaba demasiado. Siempre pensó que solo era parte de su miedo la idea de que ella casi lo tocaba pero, de saber la verdad, Agustín talvez hubiera muerto y también habría entendido todo. Las campanas volvían a escucharse como si señalaran cuanto tiempo debía seguir Agustín, pues la próxima vez que sonaran, si el aun no podía llegar a la siguiente calle entonces algo le seria arrebatado.Sentía que el frió cristalizaba sus huesos y que si presionaba más podría convertirse en mil pedazos. La cadena no quería girar las llantas, todo parecía seguir estático, sus ojos estaban mejor adaptados, constantemente la veía y al hacerlo notaba una mueca en su rostro que se confundía con una sonrisa en su semblante tan opaco de vida. La mujer comenzó a alejarse como siempre lo hacia cada vez que Agustín comenzaba a sentir que pronto moriría, la calle se terminaba y ambos volvían a su hogar solos.

Familia muerta

Su cuerpo descansa boca abajo con los brazos extendidos, enrollaron en su cabeza alambres de púas, murió sobre un viejo colchón que absorbió su sangre toda al noche.El adolescente sentado en la mejor posición para ver y entretenerse tiene la cabeza enterrada a la pantalla del televisor, su cuerpo muerto todavía tiene espasmos de la electricidad recorriéndolo a través. Mama fue ahorcada con un torsal de oro y sus figuras paganas, no sufrió. El anima de la muerte es un Mi menor que no se detiene en la estancia, una señorita escuchaba Barroco y su cuerpo que mutilaban. La mascota de la casa se enterró a si misma de la vergüenza.

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